top of page

Deporte: magia, poesía y heroísmo

Cuarenta y tres años no es nada 


Jacques Sagot




Fueron 43 años de producir Oro y Grana “su programa deportivo”.  ¿Existe un espacio radiofónico deportivo más longevo que este?  Quizás, pero a buen seguro no tiene su calidad y excelencia. 

 

Es una obra de amor.  La obra de una vida.  La obra de Miguel Cortés: verbo enérgico, acerado estilete crítico, ilimitada capacidad de análisis, control magistral sobre el ritmo de una entrevista o más aún, de un debate, donde la gente se rasga las vestiduras por hacerse del micrófono.  Pero Miguel no cede el micrófono, esa prolongación de su cuerpo, o bien lo cede bajo mirada y escucha vigilante: un director de un programa no puede permitir que, en un arrebato de ira, los participantes ensucien la conversación con alguna de esas disonancias, que hacen que la Vía Láctea suspenda su curso.  Miguel confía en sus entrevistados –los conoce, los ha seleccionado–, pero los mantiene bajo liza, pues el fútbol es un tema que puede, en el momento menos pensado, provocar un pequeño Krakatoa verbal.

 

Sobriedad, integridad, autoridad, hermoso tono vocal de barítono, sentido impecable del va y viene verbal que supone conversar con alguien (nunca secuestrar la palabra, pero cederla con prudencia…) innumerables atributos.  ¡Y han sido 43 años al frente de esta institución que él creó, y sigue tan lozana y vigente como siempre!  Porque la gente oye Oro y Grana.  Gente de todos los estratos sociales e intelectuales.  Tiene la rarísima virtud de interpelar al erudito como al profano. 

 

Tuve el privilegio de participar en este espacio durante diez años.  Fue tan popular, tan universalmente apreciado, que de un tiempo acá la gente cree que yo, en lugar de pianista y escritor, soy comentarista deportivo.  No, amigos, no soy comentarista –sé de gente que se dedica a este oficio que ya se ha sentido “mosqueada”, incómoda y preocupada con mi intromisión en los que creen ser sus predios–, pero amo el deporte, y sé que puedo aportar algunas nociones valiosas a este tema.  Y no solo amo el fútbol, también he investigado el ajedrez, la natación, el boxeo, el baloncesto, el ping pong, el bádminton, el ciclismo, el tenis, el medallismo olímpico…  No habiéndome mi salud permitido practicar deportes pesados, me convertí en un teórico y un historiador, y son actividades que asumo con absoluta seriedad.  Tengo del deporte una concepción museológica, arqueológica y sobre todo, historicista (algo que le hace una falta desesperada al fútbol, que solo vive del hoy).

 

Gracias, Miguel, y a prepararnos se ha dicho para los próximos 43 años, que ya están a la vuelta de la esquina

1 comentario


El deporte tiene esa mezcla única de magia y heroísmo que mencionas, pero también se conecta con lo que vivimos como aficionados cuando participamos de manera activa. Para mí, esa sensación se multiplica al explorar las oportunidades de juego en línea y aprovechar los bonos en https://1winbet.ec/bonos , porque no solo sigues el espectáculo, sino que también puedes sentir cómo tus propias decisiones generan impacto. Es como escribir tu propio poema de riesgo y recompensa: disciplina, emoción y estrategia en cada movimiento. Al final, tanto en el campo como en las apuestas, se trata de vivir la pasión con intensidad.

Me gusta
bottom of page